Exigen documento a pesar de no emitir gases y no le dan matrícula porque no hay categoría para él.
Este prototipo de bus eléctrico, movido por batería y diseñado en Cali, está listo para rodar. Solo falta la matrícula exclusiva para este tipo de carros.
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Foto: Santiago Saldarriaga. |
Este prototipo de bus eléctrico, movido por batería y diseñado en Cali, está listo para rodar. Solo falta la matrícula exclusiva para este tipo de carros.
En espera del certificado de homologación por parte del Ministerio de Transporte y de la asignación de la placa para poder circular por Cali se encuentra el primer bus eléctrico fabricado en Colombia. Fue concebido, diseñado y construido en la capital del Valle.
Quienes desarrollaron el proyecto hicieron un vehículo a la medida de las necesidades del sistema de transporte masivo que opera en Colombia y en el resto de América Latina.
Sin embargo, la manera en que se sortearon los desafíos tecnológicos contrasta con los retos de entenderse con las instituciones criollas: el bus aún no circula porque necesita la matrícula, y no existe una categoría en la que lo pueda hacer. Además, se le exige lo que a todos los carros, las pruebas de emisión de gases.
Voceros del proyecto le han pedido al Gobierno que les ayude a salvar estos obstáculos.
Mientras tanto, la idea es que antes de la Feria de Cali este prototipo de bus ya esté articulado a la flota del MIO (el sistema de transporte masivo de la ciudad).
Una vez salga la matrícula se podrán comprar los seguros obligatorios y de responsabilidad para ponerlo a rodar por el centro de la ciudad. Se trata de una ruta corta, porque lo que se quiere es tener todo el control sobre él y que los ingenieros tomen todos los datos que produzca este prototipo, como desgaste, costos de operación, tiempo de recargas y ajustes mecánicos.
“Eso nos puede tomar un año en el que las cuatro compañías (que participan en el proyecto) estaremos organizando un paquete de inversión para poder construir cuatro buses más, que es lo que se requiere para poder tener una muestra significativa en uso. Con los ajustes del primero haremos los otros tres vehículos”, dice Diego Mejía, vicepresidente comercial de MAC-Johnson Controls.
“Con los cuatro vehículos funcionando ya tenemos todo lo que se requiere para montar un caso de negocio y poder construir una empresa de ensamble de buses eléctricos. A este proyecto, consideramos nosotros, le faltan tres años más para empezar con la compañía que los fabrique”, agrega Mejía.
Hasta el momento, a este proyecto le han invertido 3,5 millones de dólares. Faltan dos millones de dólares más para llegar a la etapa de industrialización.
En el propósito trabajan Creative Labs, donde diseñaron el sistema; Epsa, el proveedor de energía; Colcha, Colombiana de Chasises; Emcali, la que pone la red; y MAC-Johnson Controls, los de la batería.
Lo que se construyó fue un bus eléctrico de batería intercambiable y recargable. “Ese es el diseño nuestro, único en el mundo”, dice Mejía.
Cada que el bus recorra 80 kilómetros parará para cambiar las baterías. Se diseñó un sistema de cambio que tarda cinco minutos, la mitad de lo que demora el tanqueo de un bus normal.
La batería está hecha con productos 100 por ciento reciclados. Es batería de plomo ácido, y será una batería 100 por ciento reciclable.
“La batería tiene una menor huella de carbono porque no usa elementos de la minería, no recibe nada de la naturaleza, sino que utiliza las mismas baterías viejas. Dura un promedio de cinco años en operación. A los cinco años regresará para ser reciclada y volverá a salir nueva”, dice Mejía.
“Con el sistema de diseño de cambio de baterías automático fue donde estuvo la gran construcción de la idea. Cómo hacer una estación de carga que no tuviera que tener el bus parado; que fueran las baterías las que estuvieran esperando la carga y no el bus, y que el vehículo simplemente haga el cambio y siga”, explica Mejía.
El usuario ni se dará cuenta del cambio porque la maniobra puede darse debajo de la estación, mientras el bus para a dejar pasajeros.
El vehículo tiene un motor eléctrico acoplado a la transmisión, diseñada aquí; tiene unas pilas y una computadora que lee la carga de las baterías, la presión y el peso del bus, y mete la energía que el motor necesita.
Para construir el prototipo necesitaban un motor y acudieron a una compañía de Singapur que no se los vendió porque no creyó que en Colombia construyeran un bus eléctrico, así que tuvieron que trabajar con un motor estadounidense.
Lograron integrarlo a la transmisión y llevar a cabo el primer ensayo; vinieron los ajustes mecánicos y digitales y la construcción de la pieza más compleja: el administrador de baterías.
Este es el ‘cerebro del vehículo’, que cuida la batería y el bus; que está pendiente de que no haya problemas durante el recorrido. El software, los sensores y la integración son invención de ingenieros colombianos.
Lo que falta
“No sabemos si el Gobierno va a apoyar la iniciativa en términos de impuestos, de que el pasaje sea más barato”, dice Diego Mejía. Además, está de por medio la sobretasa al combustible de la que viven muchos municipios. “Es otra filosofía de movilidad. Tiene que haber legislación. Que el usuario entienda que es beneficioso para él. El bus eléctrico no echa humo, no produce ruido y es más económico”, dice Mejía.
El costo estaría entre 300 y 400.000 dólares, similar al del bus convencional.
GLORIA INÉS ARIAS
EL TIEMPO